Jordi Mill,
investigador del grupo Physense y coinvestigador del proyecto VIDAA en el DTIC de la UPF

Cada vez con más frecuencia, en nuestro entorno, se oye la palabra "gemelo virtual" en el contexto de la medicina personalizada, ya sea a través de documentales, redes sociales o noticias. Se enseñan videos que lo monitorizan todo, y una réplica digital completa de nuestro cuerpo, capaz de predecir como un fármaco o una operación afectaría a nuestro cuerpo real. Todo esto, ¿es ciencia ficción? ¿Queda lejos, pero es plausible? ¿O ya es una realidad que tenemos a la vuelta de la esquina? A pesar de que todavía hay mucho trabajo por hacer, permitidme mostraros un pequeño ejemplo actual: la plataforma VIDAA.

VIDAA es una plataforma que permite a los profesionales de la salud realizar simulaciones computacionales precisas para planificar intervenciones cardíacas. La capacidad de poder visualizar y simular procedimientos complejos ha transformado la manera como los cardiólogos abordan operaciones delicadas, con un margen de maniobra reducido y, obviamente, siempre buscando la menor probabilidad de error.

La piedra angular de VIDAA reside en la creación y utilización de lo que se conoce como "gemelo virtual", una representación digital precisa del corazón de un paciente. En esta simulación, no solo se replica la anatomía de manera detallada, sino que también se puede incorporar el dispositivo que se quiere implantar y simular como se comportará en cuanto a la dinámica de los flujos mientras el corazón late.

El 10 de noviembre de 2023, VIDAA se utilizó para realizar la planificación de un caso en directo en el congreso internacional CSI LAA FOCUS. Este hito no solo fue un éxito para el equipo de VIDAA, un proyecto aún en desarrollo dentro de la universidad, sino también por el hecho demostrar como los gemelos virtuales pueden jugar un papel crucial en la planificación y ejecución de intervenciones cardíacas. La intervención en Frankfurt fue un éxito: el dispositivo quedó exactamente como se había planificado en el corazón virtual del paciente, que pudo volver a casa el día siguiente con una pequeña incisión en la pierna, con mucho menos riesgo de ictus, pero sin saber cómo su corazón virtual había contribuido a este resultado positivo.

Con el éxito de este caso, muchas personas podrían preguntarse si esto podría ir más allá y si se podrá ver de forma recurrente en la práctica clínica. La respuesta no es sencilla. Retos como adaptar la tecnología a los procedimientos hospitalarios, donde la rapidez, agilidad y eficacia son cruciales; los recursos computacionales necesarios y, lo más importante, la regulación de la tecnología y la privacidad de los datos, son las grandes barreras a superar. Sin embargo, este ejemplo de VIDAA no sólo representa un adelanto tecnológico, sino que también destaca por la importancia de la colaboración interdisciplinaria entre profesionales de la medicina, ingenieros biomédicos y desarrolladores de software. La fusión de simulaciones computacionales, gemelos virtuales e inteligencia artificial está destinada a redefinir la manera como los profesionales de la salud abordan las intervenciones cardíacas, ofreciendo una perspectiva esperanzadora y prometedora para los retos que plantea el tratamiento de las enfermedades y la atención asistencial en el siglo XXI. No será fácil, pero depende solo de nosotros trabajar para hacer que llegue a buen puerto y que la sociedad se pueda beneficiar de ello.